Preguntas frecuentes
La Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea, consideran el agua potable como aquella que se puede beber cada día, durante toda la vida sin riesgo para la salud. Esa es el agua que llevamos hasta tu casa, superando con creces la normativa sanitaria más estricta.
La Unión Europea, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, determina los límites de presencia de determinados componentes presentes en el agua. Muchos de estos no perjudican el cuerpo humano –algunos incluso aportan beneficios– y otros, sólo si están presentes en grandes cantidades.
El agua que llega a los hogares es el agua más controlada. Para ello la empresa realiza análisis para garantizar la ausencia de microorganismos y productos químicos indeseables, conocer las características físico-químicas del agua distribuida y para controlar otras características como el olor, el color y el sabor. Así, se analiza la presencia de más 90 parámetros de tipo microbiológico, químico y físico. Todos estos parámetros son analizados sistemáticamente en laboratorio acreditado, de acuerdo con lo exigido por la legislación, conforme a la norma ISO 17025.
Se realizan también en continuo análisis de turbidez, temperatura, ph y sobre cloro libre del agua de consumo en diferentes puntos de la red de distribución, para asegurar la presencia de una dosis mínima de este componente, como garantía sanitaria adicional.
Sin duda alguna. El agua del grifo es potable, o sea, agua que pueden ingerir las personas sin riesgo para su salud.
Para fijar la calidad que debe tener el agua del grifo, la Unión Europea, siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, determina los límites de presencia de determinados componentes presentes en el agua. Muchos de éstos no perjudican el cuerpo humano –algunos incluso aportan beneficios– y otros, sólo si están presentes en grandes cantidades.
Para definir los niveles de potabilidad, los investigadores toman como base el consumo diario de una persona a lo largo de su vida -2 litros diarios durante 70 años- con unos márgenes de seguridad muy elevados.
El Ministerio de Sanidad y Consumo, las autoridades sanitarias de las comunidades autónomas, la empresa suministradora, y cada propietario de instalaciones interiores, que tiene la responsabilidad de cuidar el agua potable dentro de su propiedad, efectuando, por ejemplo, un mantenimiento correcto de su instalación interior.
El agua del grifo es potable y cumple todas las normativas de calidad establecidas por la legislación. Por ello, no es necesario adquirir ningún dispositivo adicional para tratar esta agua. Sí que hay que señalar que si no se eligen adecuadamente estos dispositivos, no se controlan regularmente y no se hace el mantenimiento recomendado, podrían aparecer riesgos para la salud (contaminación por bacterias, desmineralización excesiva del agua, concentraciones elevadas de sodio, etc.).
El agua de consumo humano tiene en su composición sales y sustancias que le dan un sabor y un olor particular, y que no son dañinos para la salud. Por lo tanto, que el agua tenga un determinado gusto y olor no debe considerarse como indicador de agua no potable.
En el caso en el que, de forma puntual, tu agua salga sucia, con un sabor u olor desagradables, te recomendamos que te pongas en contacto con nuestro servicio de atención al cliente.